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Algunos de mis escritos

Fernando Piedrabuena, testigo fiel

Detrás del fenómeno de la Trova Rosarina –de la que este año se cumplen 40 años de su surgimiento- hubo mucha gente. Uno de ellos fue el iluminador Fer Piedrabuena. Toda una vida dedicada al montaje de las luces de los pequeños y grandes escenarios, en Rosario y en Buenos Aires, y en el exterior, con Fito Páez, Juan Carlos Baglietto, Charly García y la Negra Sosa. Por Pablo Bigliardi 12/04/2022

Fernando Piedrabuena vio con el ojo del privilegiado a los adolescentes Fito Páez, Juan Carlos Baglietto, Adrián Abonizio o Rubén Goldin, convertirse en lo que sería la Trova Rosarina. Testigo fiel como pocos, fue haciendo su camino como iluminador trabajando junto a la Trova, Mercedes Sosa, Charly García o Luis Alberto Spinetta.

Su primera relación con la luz, como dice él, fue a los once años en su ciudad natal, Pérez, cuando empezaban a perfilarse los “asaltos”. Su padre le había armado con una madera y unas teclas Atma, algunos enchufes y llaves que prendían y apagaban a través de un pulsador. Los tachos eran las latas de aceite de auto cuyo largo encajaba justo para aquellas primeras lámparas reflectoras de color. Con ese entusiasmo dibujaba los planos de las luces copiándolos de la revista Pelo, al ver las puestas en escena de Pink Floyd o de Génesis. Esas fotos le parecían de ciencia ficción y le costó entender que debía de haber humo para que las luces se corporizaran. Seguir leyendo en el link:

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