Marcelo Rubén Tatín Britos, DNI: rosarino y canaya, llegó tarde a la literatura luego de un arduo paso por la vida misma, tanto laboral como académica. Uno de los escritores de mayor proyección de la provincia cuenta a Mirador Provincial, cómo fueron sus primeros años en los barrios en los que se inició cargando bolsas de harina en su espalda, cuando conoció a Mario Trejo o le tocó ser espectador del secuestro de dos adolescentes en un operativo de la última dictadura militar.
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