LA PELUQUERIA
https://www.youtube.com/watch?v=O9z5O5thlH0
https://www.youtube.com/watch?v=VdzQlJO74bE
En el año 2001 recibí de una amiga una biblioteca de más de mil libros. Al cotejar con la mía comprobé que algunos autores se repetían, por lo tanto decidí llevar a la peluquería un paquete inicial de cincuenta libros que se mezclaron con las revistas del amor. Como consecuencia la peluquería fue recibiendo más donaciones que derivó en una especie de librería de canje que no era tal: regalaba libros de la misma forma en que los recibía. Aquella persona que se llevara uno debía hacerlo circular, que no durmiera en su casa, que se lo diera a otra persona para intentar un recorrido de lectura. Esa clienta se lo daba a una amiga que iría a la peluquería para conocer al peluquero que donaba libros y se convertiría también, en una clienta más.
A partir del año 2013, cuando publiqué mi primera novela Determinación, uno de los puntos de ventas fue la peluquería. Desde ahí saldría una nueva lectora y lector que no eran asiduos de las librerías. Yo escuchaba devoluciones sugerentes sobre el libro como un cantante de rock under, al que le endilgaban aplausos o críticas desde un escenario bien cercano, fue tal que el intercambio de opiniones me llevó a retocar algunos conceptos en las siguientes reimpresiones. Con esa lectura inicial, las clientas y clientes volvían entusiasmados para intercambiar consultas y sugerencias sobre otros escritores. Había casos de un escaso ejercicio de lectura, por eso las recomendaciones abrieron el abanico hacia los escritores de Rosario, luego de la provincia y finalmente del país y del mundo. Nuevos lectores que pasarían a ser también clientes de librerías adonde irían por consultas más especializadas al respecto de mis propias recomendaciones.
Los libros se exhiben para la lectora casual en una gran biblioteca ubicada en el ingreso a la peluquería. Al lado monté un mini bar para que el tiempo de espera de una tintura pueda pasarse leyendo. La clienta puede servirse un vasito de café y elegir una variada posibilidad que deambula por libros de cocina, autoayuda, poesía, narrativa, política, reflejos o tintura con cambio de imagen inclusive.
Editoriales como Palabrava, Casagrande, Editorial Biblioteca Vigil, Homo Sapiens Ediciones, Baltasara, etcétera, comenzaron a enviar sus colecciones completas. Muchos escritores/as asisten asiduamente a la peluquería con su novedad bajo el brazo. Otros/as van sólo a charlar y a dejar más de una copia de su libro para que la clientela los lleve y que circulen por la ciudad. Suelen encontrarse escritoras/es que no se conocen personalmente, situación que deriva en presentaciones, intercambios de libros, proyectos e ideas en un mundo que pareciera descubrirse ante la novedad de continuar inventando estrategias. También llega el escritor que paga por su libro invirtiendo una considerable suma para una cantidad óptima que parte de doscientos ejemplares, que suele tener problemas para colocarlos en el circuito de las librerías o en los espacios alternativos de las ferias y la peluquería ofrece una venta que carece de ánimos comerciales: las clientas compran y el dinero de la ganancia irá en su totalidad al autor.
Los autores que pueden llegarse hasta la peluquería son fotografiados en el sillón con capa de corte y libro en mano para etiquetarlo con una breve reseña de su obra y la información se replique en distintos espacios de promoción a través de las redes sociales. En los blogs: http://cuidamostucabello.com.ar/ y https://cuidamostucabellopyl.blogspot.com/ hice reseñas sobre la obra de escritoras/es que visitaban la peluquería llevando sus libros. Como dato de color, se intenta una fusión del estado del cabello con su obra. Colaboran otros escritores como Nadia Isasa, Beatriz Vignoli o Cristian Molina. Se invita a la colaboración de aquellos que quieran participar con una reseña del escritor que quieran a la que yo le sumo las características del cabello que en alguna parte pueda coincidir con la obra.
Las importantes dimensiones del local permitieron que artistas plásticas colgaran sus cuadros y obras en las largas paredes de la peluquería. En este caso se conforma una presentación formal al estilo de galería y curaduría concediendo intervenciones culturales de toda índole: “Traiga su propia poesía”, es una de las últimas. Consiste en que cualquier persona podrá llevar a la peluquería una hoja de tamaño A4 con un poema impreso del autor elegido que será pegado junto a otros en las paredes.
La fusión total de escritor/peluquero terminó conformándose en noviembre de 2019 cuando presenté mi último libro de tinte autobiográfico “Al pie del sillón”, adentro de la peluquería. Hubo shows teatrales y grotescos organizados por clientas y escritores amigos poniendo en escena el tono burlesco, divertido y por qué no bizarro que se genera a diario entre cortes, tinturas y lecturas.
La nota que grafica la peluquería cultural fue realizada por el periodista Tomás Barrandeguy para el diario La Capital de Rosario, fechada en agosto de 2020.
Los días de Pablo Bigliardi arrancan fascinantemente iguales: se levanta 6.30, llega a su peluquería de Riobamba al 1300 a las 7, pone la cafetera y se sienta a escribir hasta las 9. Ahí se convierte en peluquero, sube la persiana del local y empiezan a llegar los clientes. Con los años, convirtió su peluquería en un centro cultural alternativo donde reinan los libros, los espacios para nuevos autores, la poesía y otras demostraciones artísticas. Sobre todo, es un punto de partida de libros hacia toda la ciudad, que crea un circuito de lectura inédito.
Rosarino por adopción, se vino desde San Antonio Oeste (Río Negro) en 1991 y trabaja como peluquero desde esa época, con una breve interrupción a finales de ese mismo año, cuando se quedó sin trabajo y vendió servicios de sepelios. Antes de llegar al local actual, hace casi quince años, atendió su propia peluquería en un garage de Virasoro y Paraguay, en el insólito horario de 20 a 23 (trabajaba en otra peluquería durante el resto del día) y de alquilar un local en Presidente Roca al 2600.
"El lío grande", como dice, empezó en 2001. Por mudanza, la periodista Susana Tealdi le dio su biblioteca personal de casi 2.000 libros, algunos repetidos con lecturas que Pablo ya tenía. Esos ejemplares empezó a llevarlos a la peluquería: Borges, García Márquez, Rulfo y Dostoievski entraban al salón de Pablo para mezclarse con las revistas y empezar a edificar algo que, hasta hoy, no parece tener límites.
Hay obras por toda la peluquería, que se mezclan con los productos de uso cotidiano en el salón.
En un sólo lugar, se unieron el escritor, el lector y el peluquero: escribe temprano, ofrece libros propios y de otros autores, y recomienda lecturas a los clientes según sus intereses. Logró una fusión inesperada desde hace unos años, cuando la maquinaria que está en marcha ni siquiera estaba planificada: "Me da mucha felicidad poder juntar mis dos oficios. Podés cometer millones de errores hasta que viene el fruto, que es el libro, un buen corte o una buena tintura"…
EN LA PELUQUERÍA DE BIGLIARDI
Hay cinco flores blancas en medio de todas las palabras,
blancas casi verde silencioso.
Copiado al espejo triangular son diez diamantes
y eso significa.
Alrededor sostienen la tarde como pueden,
van soportando el tiempo
con palabras sencillas por donde respira
el aire de los cuerpos.
Tratan de olvidarse de la muerte, del sol que resplandece
allá afuera después de la tormenta.
Pero hay un silencio que rompe con todas las cosas.
Cinco flores blancas casi verdes lo recuerdan.
Beatriz Vignoli
Del libro: Luz Azul.
Editorial Bajo la Luna, 2017